La economia mundial está atravesando una etapa muy crítica, caracterizada por una agudización de las tensiones comerciales y tecnológicas y por la supremacía de los intereses nacionales que ponen en riesgo el orden multilateral prevaleciente después de la segunda guerra mundial, los avances en la integración como la Unión Europea y la propia globalización alcanzada.
A diferencia del pasado, cuando eran los países en desarrollo los que no cumplían las "reglas multilaterales", actualmente los Estados Unidos, la cuna moderna del liberalismo, retornó a los viejos principios de seguridad nacional para justificar la aplicación de medidas proteccionistas unilaterales, descriminatorias y discrecionales al comercio de bienes, servicios, tecnología y flujo de trabajadores.