La emergencia de ls diversidad de los pueblos originarios y la articulación de sus demandas de respeto y dignificación de sus culturas y saberes, la recuperación de sus tierras, territorios y recursos y su efectiva participación política en un marco de derechos constituyen el parteaguas de este proceso.
En este marco la demanda, de "autonomía" se ha convertido para unos y para otros, en el lugar común de posicionamiento ante el Estado. Independientemente de las acarcterísticas que la autonomía tenga en el nuevo diseño legal, prima hoy la exigencia del reconocimiento del derecho de los actores particulares a definir, desde sus particulares realidades, identidades, historias y aspiraciones, lo que sera su aporte y su forma de inserción en el proyecto común.