Esta introducción cobra sentido a tiempo de traer a la memoria, la muerte de uno de los grandes líderes de la revolución cubana, el comandante Ernesto Che Guevara, revolucionario y comunista ejemplar, quien fue impunemente asesinado hace 50 años en la escuelita de la Higuera, en el sudeste boliviano, en octubre del año 1967; cuando vino a Bolivia para organizar en un centro de operaciones de la guerrilla que él quería fuese el foco que irradiaria la luz de la liberación americana; fue al final, cercado y abandonado por la más cruel traición de "Manila", del mismísimo Fidel Castro, quién lo abandonó a la voluntad de los más grandes capituladores y contra revolucionarios que nuestra historia haya podido conocer, y que no tuvo reparos para establecer relaciones secertas con los dictadores fascistas y sanguinarios del continente para obtener dádivas políticas.