El Estado en América Latina es el fruto mayor de un largo proceso de reflexión donde se encuentran proposiciones teóricas en todo su despliegue por la complejidad del objeto de análisis. La principal de ellas es ciertamente la afirmación rotunda de la "autonomía de lo político", una verdadera conquista conceptual, según Zavaleta, que obedecería a una lógica causal propia. En debate con las visiones estructuralista e instrumentalista del Estado que, en el primer caso sólo darían cuenta de una forma de Estado, la de las democracias representativas occidentales a partir de las cuáles el Estado es visto meramente como espejo o conclusión que no se haría nunca sujeto y en el segundo El estado quedaría reducido a la reminiscencia de los momentos primarios de poder, Zavaleta sostiene en la línea de la autonomía de lo político que el requisito del Estado es decir lo que se define como tal es su capacidad de producir lo que él designa como materia estatal o sustancia estatal, que es su propia soberanía o poder propiamente estatal.