América Latina se ha vuelto un espacio de disputa privilegiado en torno a la cuestión del Estado, el control del aparato estatal y el ejercicio del gobierno ya sea por los intentos que conducen a dicha entidad y a tal campo de la actividad humana hacia su re-fundación o por las enormes dificultades que plantea su transformación. En un tiempo histórico marcado por la crisis de una forma civilizatoria que se agudiza por basarse en modos capitalistas de producir, consumir y distribuir y por la persistencia sistemática de colonialismos de diversa índole, hemos dado con la necesidad de imaginar y crear alternativas que se basan en formas emergentes e innovadoras que se sirven de reinventar o potenciar la base comunitaria de su socialidad y que se aloja en los referentes más profundos de sus gestas, luchas, memoria y sustrato cultural ^ies