COLECCIÓN

COINCIDENCIAS 18455 - PÁGINA 1225 DE 18455

DESCRIPCION CONTENIDO
Nº de control 00017412
Autor Diaz Rodriguez, Manuel; Araujo, Orlando; Medina, María Beatriz
Título Narrativa y ensayo
Editorial Fundación Biblioteca Ayacucho
Año 1982
Páginas 538 p.
Idioma Español
Lugar Caracas - Venezuela
Resumen

La primera obra literaria de Manuel Díaz Rodríguez es Sensaciones de Viajes (1896). Para entonces, Díaz Rodríguez no es más que un joven médico, desconocido en los medios de la literatura patria. Por el estilo, el buen gusto demostrado por el escritor, su cultura, bien pronto le van a ganar crédito para su brillante porvenir. Hasta los académicos estuvieron de acuerdo en que Díaz Rodríguez entraba con paso firme a la literatura venezolana y premiaron su obra primigenia. Sensaciones de Viajes es un libro lleno de bellezas, inspirado en el pasado artístico de Italia, en sus paisajes, en sus gentes, que el autor supo querer y admirar durante toda su vida.


• Otra obra de impresiones de viaje, obligación de los escritores del 900, es De Mis Romerías, publicada dos años después de haber aparecido Sensaciones de Viajes.

• Confidencias de Psiquis (1897) se compone de cuadros, con ciertas características que se acercan a las de la novela. En él la constante es la del amor sensual.

• Cuentos de Color (1899). La ola del modernismo se impone hasta en la misma denominación de los cuentos. Pero, sin duda, estos cuentos preparan el camino al escritor hacia la novela. En ellos hay buenas incursiones psicológicas a través de esbozos de personajes, y se pone de relieve, una vez más, el delicado estilo del escritor. Nueve son los cuentos que componen el volumen. Entre ellos sobresalen "El Cuento Blanco" y "El Cuento Gris". En Cuento Blanco asoma de nuevo la nostalgia italiana. El recuerdo del Mediterráneo inspira esa bella historia, matizada de suaves tonalidades, impregnada de una delicadeza y una candidez infantiles.

• Ídolos Rotos, escrita durante los últimos años vividos en París, provocó variados y airados comentarios en los círculos literarios venezolanos. La novela en sí no es más que el contraste que ofrece al artista, a sus anhelos de superación y refinamiento, un medio inculto como el nuestro. Alberto Soria, el protagonista, es un escultor lleno de pesimismo con respecto a nuestro porvenir. Este pesimismo lo lleva a detestar su patria. Por eso exclama: «Y yo nunca realizaré mi ideal en este país. Nunca podrá vivir mi ideal en mi patria. ¡Mi patria! ¡Mi país! ¿Acaso éste es mi país?». En la novela también aparece el bosquejo de un adulterio entre Alberto y Teresa Farías, y finaliza con una tremenda sátira, tanto de carácter político como social, contra la Caracas de la época. Los personajes de esta novela de Díaz Rodríguez están alimentados por un afán cosmopolita muy pronunciado, en los que los problemas de su país se resuelven con el olvido y con el viaje a Europa. Finis Patrie es como el epílogo del vencido Alberto Soria en la obra; por todo esto, Ídolos Rotos ha sido considerada en la novelística venezolana como una de las importantes novelas pesimistas de principios de siglo. Y a ello se debe que críticas como Gonzalo Picón Febres, Julio Planchart y Mariano Picón Salas le hayan impugnado en cierta forma, exigiendo al novelista más calor nacional, mayor entereza en sus personajes para enfrentarse a nuestras situaciones políticas y sociales, tenidas como obstáculos en Ídolos Rotos, ante los ideales de Alberto Soria.

• Sangre Patricia. En esta novela se refleja el rico mundo del continente suramericano en la literatura; para el momento de la aparición de la novela, este tema no había sido explorado en forma alguna. En Sangre Patricia, el color verde es como símbolo de la locura. Tulio Arcos, el protagonista, después de la muerte de Belén, su amada, que tenía los ojos verdes, cree ver en todo, o en el mar que se tragó el cuerpo o los ojos verdes que constituyen como la obsesión de toda su vida. Raro sueño de artista es la figura deslumbrante de Belén: «Aquella novia que mostraba en su belleza algo del color, un poco de sal y mucho del misterio de los mares. Bien se podía ver en su abundante y ensortijada cabellera la obra de muchas Nereidas artistas que tejiendo y trenzando un alga, reluciente como las sedas y reluciente como la endrina, encantaron el ocio de las bahías y las grutas; al milagro de su carne parecían haber asistido el alma de la espuma y el alma de la perla abrazadas hasta fundirse en la sangre de los más pálidos corales rosas; y sus ojos verdes eran como minúsculos remansos limpísimos, cuajados de sueños, en una costa virgen toda llena de camelias blancas». Como toda la obra de Díaz Rodríguez, hay que destacar el valor artístico de esta novela. En ella el novelista acude a símbolos estéticos y psicológicos que le colocan entre los precursores de una novelística de verdadero ámbito universal en América.

ISBN 8466000844
Materias
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Ejemplares 1