Bolivia es el segundo país a nivel mundial en lograr la paridad en la representación parlamentaria, producto de importantes avances que se han dado en la legislación para garantizar la participación y representación política de las mujeres. Cabe destacar que en la Constitución del 2009 se incorporó el derecho de participación de equivalencia de condiciones entre mujeres y hombres en la formación, ejercicio y control de poder político.
Además, se introdujeron en las leyes electorales los principios de paridad y alternancia de género en la conformación de las listas de las candidaturas, produciéndose efectos importantes en las prácticas democráticas.