Los discursos y debates fuertes, vividos en su momento, de manera acalorada, permite comprender proyectos, expectativas, deseos y ambiciones así como desiluciones, desesperanzas y pesimismo respecto de nuestro futur. En fin, se trata de comprender el modo como nos hemos ido construyendo a lo largo de nuestra propia historia desde el espacio más explícitamente reflexivo; el espacio "académico".
En este sentido, uno de esos debates centrales, al momento de hacer la reconstrucción de estos diferentes proyectos y sentidos de la educación, es aquel que desarrollan Felipe Segundo Guzmán y Franz Tamayo, a principios del siglo XX.
Tamayo asume una postura nacionalista y busca recuperar los componentes originales del carácter nacional mientras Guzmán parte de la importancia que tiene asumir los "valores universales". Idea, esta última que contiene en sí una definición de lo que se puede entender por educación, pues la educación se hace en este sentido, el proceso de incorporación de uno a los "valores universales".