La cultura occidental concibe a los derechos fundamentales como inherentes al ser humano. Estos se repiten en todos los catálogos de derechos de las constituciones liberales del siglo XIX. Sin embargo en este proceso de continua repetición se abre el horizonte de desplazamiento hacia nuevos derechos: los derechos sociales.
Los derechos liberales y sociales se repiten en todos los catálogos de derechos del siglo XX y esta repetición abre a su vez el horizonte de una nueva gramática que apunta a la vida como acontecimiento en todas sus formas.
Los llamados derechos fundamentales - fundamentales pertenecen a esta nueva gramática constitucional recuperan las tensiones culturales y abren el constitucionalismo plurinacional.