Carlos Marichal propone una lectura heterodoxa de la crisis del imperio hispánico a fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, buscando la respuesta a este problema en la situación de las colonias. Esta apuesta, que puede parecer arriesgada, no debe ser considerada arbitraria, en la medida en que -como el mismo autor manifiesta- la participación de las colonias en el financiamiento del Estado, durante los reinados de Carlos III y de Carlos IV, fue muy considerable. Asimismo, la expansión de la industria y del comercio español también fue producto de la reactivación del mercado de importación americano. Esta mirada desde la periferia del poder, está centrada en una importante parcela histórica en los estudios sobre el sistema borbónico: las finanzas coloniales. El objetivo declarado del autor es encontrar el hilo conductor entre la grave crisis financiera del virreinato novohispano y la bancarrota de la Hacienda española en el periodo comprendido entre 1780 y 1810.