En tan solo dos décadas, la agricultura boliviana ha sufrido cambios trascendentales sobre todo a partir de la incorporación de Bolivia al mercado mundial en calidad de productores de materias primas agrícolas.
Los impactos son directos sobre el sistema de tenencia de la tierra, la población ocupada en la agricultura y los modos de producción crecientemente orientados hacia el extractivismo o la sobreexplotación de recursos naturales. Estos cambios agrarios tienen lugar en estrecha conexión con la nueva ola expansiva de capitales transnacionales. Las respuestas son todavía difusas a pesar de la urgencia por comprender estas dinámicas y sus tendencias.