El 10 de mayo de 1943 una tragedia enlutó la historia cultural del Perú: la biblioteca que reconstruyera Ricardo Palma quedó reducida a cenizas, perdiéndose miles de documentos, impresos y manuscritos de valor incalculable, joyas de la cultura universal y peruana que albergaban los desaparecidos salones América y Europa.
Tras el arduo trabajo de los bomberos, se rescató material de entre los restos del incendio, el mismo que se conservó en bóvedas esperando su recuperación. Después de la inauguración del nuevo local de la Biblioteca Nacional del Perú en San Borja, este patrimonio se trasladó a depósitos especialmente diseñados para material sensible y en estado delicado.