El patrimonio cultural arquitectónico es una de las formas en las que se materializa la memoria y, por ello, la preservación de su autenticidad se ha convertido la piedra angular de todas las inversiones de conservación y restauración monumental. Salvaguardar la autenticidad de la herencia arquitectónica supone legar a las generaciones futuras una parte fundamental  de nuestra memoria. Podemos decir que hay un acuerdo universal respecto a esta idea, pero no en cuanto al concepto de autenticidad, que no es universal ni unívoco. El debate  en torno a la autenticidad es, por tanto, fundamental para poder acordar e implementar las políticas, los métodos y la praxis de la conservación del patrimonio cultural. La conservación de la autenticidad del patrimonio cultural es, por tanto inseparable del desarrollo de las comunidades que sostienen la cultura que ha creado esos testimonios. El futuro no puede ser el desarraigo cultural que ha creado esos testimonios. ^ies.