La justificación de la obra reside en poner al alcance del lector del país nombres, documentos y aportes principales de intelectuales con la característica común de ser cruceños, benianos o pandinos, es decir, bolivianos con origen en el Oriente. Esto simplifica la exposición, al no requerir detalles de las limitaciones obvias a las que han sido sometidos pueblos considerados y tratados como la periferia en una nación todavía en construcción y, por tanto, con frecuencia tildados de carecer de visión “nacionalâ€, de ser “provincianosâ€, con la intención velada de disminuir méritos, ya que no se concibe en un Estado hiper-centralista desde su nacimiento, que algo bueno pueda gestarse ajeno al centro de poder.
Sin embargo, esta obra sobre «pensadores» del Oriente, demuestra la presencia y la producción intelectual de alto nivel entre orientales, que expusieron sus ideas y estudios desde una región, sí, pero con visión abarcadora no solo nacional, si no en muchos casos con alcance internacional, y en diversas etapas de la historia del país. Quedan registradas aportaciones señeras de un rico acervo del pensamiento de insignes intelectuales, que sorprende a veces por su audacia, siendo como era Santa Cruz por entonces, un pueblo aislado casi de todo el mundo. A pesar de todo, se le retacea el reconocimiento, en parte por desconocimiento y, en parte, por esa actitud de negación de méritos por tanto y tan largo tiempo. En el primer tomo de esta obra de mayor aliento, se reflejan los valores intelectuales del pasado y del presente, porque se encuentra una continua producción y una línea de pensamiento que, ciertamente, alcanza reconocimiento y adquiere validez hasta universal.