En diciembre de 2005 Evo Morales ganó las elecciones nacionales con casi un 54 % de la votación, cifra de mayoría absoluta que nadie alcanzó en Bolivia en su fase democrática reiniciada en 1982, post caída de las dictaduras militares. A partir de ese holgado triunfo se planteaba que la época de la ingobernabilidad y regímenes de gobierno débiles, acosados por los movimientos sociales había pasado.
Su triunfo permitía hablar de una revolución democrática, operada mediante el voto, revolución, cuya clave principal era ampliar y profundizar más la inclusión política y social que fue abierta por la democracia de dos décadas además en una país que hizo una profunda revolución social y política en 1952, que permitió democratizar la sociedad venciendo a un Estado oligárquico.