Este segundo libro de poemas de Alcira Cradona es una obra fundamental y enorme en la literatura boliviana, donde hay en primer lugar una imagen de poesía proyectada ha cia lo cósmico, hacia lo telúrico y que, además contiene los elmentos de la genuina poesía revolucionaria, de esa que se impone por sí misma como respuesta a una necesidad vital, sin concesiones a momentos determinados y realizada por consiguiente no por ejercicio lúdico o por mero esnobismo.
Lejos los artificios y los preciosismos, un hálito poderoso y una fuerza descomunal pocas veces conocida atraviesan estas estrofas, y las quema un fuego crepitante que levanta humaredas, reduce las escorias y todo lo purifica.