Diversidad, violencia, cultura y ciudadanía son elementos esenciales de los graves impases de una América Latina que se está volviendo cada vez más pobre. De esta constatación es posible deducir la importancia central de los ensayos de este libro. A pesar de la invocada fuerte "modernización" de los países latinoamericanos, la marcha acelerada de la globalización intimidó progresivamente el poder de los Estados nacionales y agravó la exclusión económica y social, incrementando los índices de marginalidad y violencia. Esto nos convirtió en la segunda región de mayor criminalidad y en la primera en desigualdad de renta en todo en mundo.