El autor se presenta diciendo “hay de los ricos”, tratando de mostrar una postura al lector una posibilidad de torcer el destino de las cosas y, por tanto someterse a el por lo menos tratando de intervenir en el cuso de los sucesos, en otras palabras tratando de abrazar al leproso, porque están cierto que cuando uno vive el curso de los sucesos, se siente comprometido al menos con una cosa: la de transmitir lo que uno tiene dentro. La lectura se traduce en: una mirada general a los cuatro punto cardinales del texto sin mayor detenimiento ni orden, seguido de una acentuación apocalíptico estructurada que ofrece nuestro autor, a esto se añade la pronta intervención de Dios sobre los sucesos acaecidos, y por ultimo será u posible mirar las implicaciones actuales del texto, porque en una lectura crítica nos parece “hoy, el pasado”. Esta es la llave sugerente para el lector que busca un horizonte nuevo.^ies