San Francisco de Asís, es referencia para todo franciscano; de ahí que la vida entendida como “ir por el mundo” tiene su origen en la experiencia personal de Francisco, la cual se dio como respuesta a una vocación especifica y como fruto de una opción personal, quien veía su Orden como una fraternidad de peregrinos y forasteros, pacíficos y humildes, sin nada propio, que trabajan fiel y devotamente. Deseaba tener hermanos buenos y espirituales que fuera por el mundo predicando y alabando a Dios. Estaba siempre pendiente de Jesucristo, camino, verdad y vida y enseñaba a todos los hombres a seguir la humildad y pobreza de nuestro Señor Jesucristo. A raíz de esta experiencia, veremos que el mundo es sus diversas realidades, insertas en un tiempo y en un espacio determinado, constituye el lugar privilegiado de la evangelización de la fraternidad franciscana, con una profunda conciencia de la universalidad del evangelio, que es parte integrante de nuestro modo franciscano de evangelizar.^ies