En este contexto se puede afirmar que si EE.UU. ha ganado la guerra de las armas, es gracias a su aplastante superioridad tecnológica, producto de su gasto militar que equivale el 45% de este gasto en el mundo, doce años de bloqueo contra Iraq, su desarme impuesto por una resolución de las Naciones Unidas y un gasto militar iraquí que equivale a los dos mil de estadounidense. En cambio, EE.UU., ha perdido su guerra informativa, debido entre otras cosas, a un manejo prepotente e impositivo hasta sus tradicionales aliados. Al mismo tiempo, la guerra y la reacción en contra reflejan un proceso de acumulación histórica en dos direcciones. Una se refiere al desarrollo mismo de EE.UU. y la otra se refiere a la dirección de las reacciones contrarias al Imperio.^ies