Las Agrupaciones de "los sin tierra", por una parte, responde a la necesidad de plantear un justo reclamos: el acceso a aquel bien con derechos fundamental de la gente nacida y arraigada en el área rural y, por otra, refleja la realidad lacerante de los campesinos que o fueron despojados, no importa la forma, de sus parcelas o no llegaron a poseerla nunca. Pero hay una señal alentadora que es el reconocimiento, por parte del Gobierno, a través de la Ley INRA, de que el problema existe y de que tiene que encararse con toda seriedad.^ies