Las dinámicas migratorias internacionales de las últimas décadas expresan rostros y perfiles que las hacen diferentes de aquellas ocurridas en anteriores periodos.

En un contexto de globalización, asistimos a una aceleración del hecho migratorio que se refleja en el aumento de la cantidad de migrantes en la heterogeneización y complejidad del mismo, en la mayor pariticipación de los países (ya sea como lugares de orígen, de tránsito y de destino), en la direccionalidad de los flujos (ya no sólo sur-norte, sino también sur-sur, norte-sur y norte-norte), en las características de los/as migrantes (hombres, mujeres, niños/as y adolescentes, indígenas, etc.), en la feminización de la migración, en el retorno (ya sea voluntario o forzado), o en los impactos económicos y sociales, pero también en un mayor posicionamiento del discurso migratorio en las esferas y escenarios públicos nacionales e internacionales.